lunes, 24 de febrero de 2014

Solo para amantes de la Historia

"DE HISTORIA NOSTRA"
Como ya os apunté en la anterior entrada los Carbonell tenemos hasta un libro de Historia de nuestra familia; y no me refiero a aquel que se publicó a finales del siglo XVIII, titulado Memorias Genealógico Histórico Legales de la Familia de Carbonell en el Reyno de Valencia,  sino al escrito por mi, la Historia de nuestro verdadero linaje, que abarca junto a nuestra rama paterna un gran conjunto de familias, incluidas naturalmente las de nuestra rama materna. El linaje al que me refiero sabemos de donde arranca y a donde llega.

Creedme si os digo que esta obra que estoy escribiendo me ha dado y me sigue dando bastantes quebraderos de cabeza, debido a su complejidad y extensión pues no sé si sabéis que realmente hemos llegado muy lejos. Ya lo comprobaréis.

Para que os hagáis una idea de lo que contiene mi libro y os situéis un poco, seguidamente paso a ofreceros un avance del mismo reproduciendo su "Prefacio". Espero que os sea útil para ubicaros, pues contiene información muy precisa.


PREFACIO                      

¡Bienvenido al pasado! Si estás leyendo esto será porque formas parte de nuestra familia, bien  por vínculos directos de sangre o a través del matrimonio con alguno o alguna de los nuestros.   En este libro os reencontrareis con vuestros orígenes, pues va dirigido a todos vosotros que formáis parte de mi FAMILIA. 
Este "pequeño libro" es el resultado de un largo proceso de investigación genealógica que comenzó hace ya bastantes años, aunque se concretó de forma escrita a partir del año 2006. Su proceso de redacción sigue abierto y por ello puede sufrir cambios y modificaciones, lo cual es siempre enriquecedor y necesario.
No es todavía hoy una genealogía definitiva, pues pienso seguir retrocediendo hasta donde me permitan las fuentes documentales, esos viejos papeles amarillentos, rancios y polvorientos a los que recurro constantemente en mis investigaciones históricas desde hace ya tanto tiempo. Solo la inexistencia de las mismas puede poner freno a esta emocionante y apasionante investigación.

Me gustaría que todos aquellos que os acerquéis a este trabajo lo considerarais como un regalo que yo os hago. Leedlo con paciencia y cariño, ya que aquí hablamos de quienes nos precedieron y a ellos les debemos todo lo que somos hoy.

En definitiva, pretendo que conozcáis vuestra historia, algo muy valioso que el olvido, la falta de interés por el pasado y el inexorable paso del tiempo, ese gran "devorador de la memoria",  han intentado borrar.

Hoy por fin, después de muchos años inmersos en la ignorancia sobre nuestro pasado, tenemos la suerte de conocer nuestra historia familiar y podemos darla a conocer a nuestros hijos para que ellos, si lo desean, la continúen escribiendo.

En la genealogía que aquí os presento están desarrolladas en grandes bloques varias “familias” con sus correspondientes parentelas y cronologías. Entre todos destaca el formado por las genealogías de los Carbonell (nuestra rama paterna),  que incluye  otras ramas adyacentes relacionadas con ellos que superan como margen cronológico el  siglo XVI, llegando en alguna rama al siglo XV.

Tenemos también un segundo bloque perfectamente definido y desarrollado hasta mitad del siglo XVII; me refiero al formado por los Collar y sus ascendentes hasta Pedro Collar, nacido en Villar de Noceda, Asturias allá por 1659. Esta línea está perfectamente documentada gracias a las investigaciones de nuestro tío lejano Enrique, miembro de nuestra familia Collar, descendiente de aquella rama que quedó en Cáceres y no emigró a Madrid en el siglo XX como la nuestra. Por  él conocemos la historia de la familia Collar, desde que vivían en Asturias como hidalgos venidos a menos, hasta su traslado y establecimiento definitivo en la ciudad de Cáceres a  finales del siglo XVIII; y de ahí en adelante.

Otra gran línea de antepasados arranca desde una de mis tatarabuelas, Magdalena Pardo Montolio. Este bloque es el correspondiente a los antepasados de los “Pardo”, nuestra familia navarra procedente de Lerín, que con sus ramas parentales adyacentes llega al siglo XV con García Romero, personaje nacido en Bargota, Navarra entre 1490 y 1495.

Los registros de todos los bautismos y Matrimonios de nuestros antepasados navarros se encuentran en la base de datos de los mormones.

No os extrañéis cuando descubráis que tenemos en esta parte de nuestra familia muchísimos apellidos vascos o navarros, así como compuestos, muy abundantes en lugares del Norte de España donde, como en Asturias, hay un elevado número de familias (linajes) que participaron de forma activa en la Reconquista y abundan por doquier los hidalgos.

La otra gran rama familiar desarrollada en nuestra Genealogía es la referida a nuestra familia materna, la de los García de Castro.
Este bloque gallego-astur por línea materna, o sea por parte de la abuela Espe, retrocede en la línea de los Prieto-Villabrille (apellido compuesto) hasta 1720 aproximadamente con Pedro Prieto-Villabrille, nacido en Piantón, Santa María de Meredo, Asturias, hacia 1720.
Todavía falta mucho por hacer, pero por lo menos sabemos que las actas de bautismo y matrimonio de los Castro se conservan en el Archivo Histórico Diocesano de Santiago de Compostela; y en el pequeño archivo parroquial de Piantón, Asturias los correspondientes a la parte de los Barcia y Prieto Villabrille.
  
En  nuestra línea principal, la paterna, la de los Carbonell, podemos retroceder hasta finales del siglo XVI de generación en generación, aunque tenemos datos dispersos que llegan al siglo XII.- Os aseguro que esto es todo un logro, si tenemos en cuenta que se trata de una genealogía valenciana. Valencia fue una región tremendamente castigada por las hordas revolucionarias del 36, eso aparte de los estragos y desmanes que causaron las tropas napoleónicas durante la Guerra de Independencia (1808-1814) o los saqueos y destrucciones que se cometieron durante el desarrollo de otros capítulos bélicos y convulsos de la Historia de nuestro país, tales como los que se produjeron durante la Guerra de Sucesión; y aquellos que se debieron a las revueltas campesinas y/o urbanas, padecidas a lo largo de los dos últimos siglos. Todo ello ha contribuido sobremanera a la destrucción casi total del patrimonio artístico eclesiástico y por supuesto del patrimonio documental.

Se han perdido y para siempre, los Libros Sacramentales de casi la totalidad de las parroquias valencianas. Actualmente tan solo se conservan los de San Esteban y de algunas parroquias de la Huerta Norte como los de Sant Miquel Arcángel (Burjassot), Santa Anna (Borbotó), Ntra. Sra. De la Misericordia (Campanar) y otras pocas parroquias del extrarradio valenciano.   

El daño causado, en el pasado, contra el patrimonio documental eclesiástico es hoy irreparable; y por ende, la investigación genealógica con estas lagunas se hace harto difícil, a veces imposible. Por todo ello no es de extrañar que la mayoría de las genealogías valencianas no rebasen el siglo XVIII.  Debemos sentirnos muy afortunados de haber rebasado esas fechas y habernos situado a finales del XVI en el caso de nuestros Carbonell más antiguos que he podido encontrar y cuya genealogía nos lleva directamente a nosotros.

Espero que os guste esta investigación que tantísimas horas de trabajo y dedicación me ha costado y que solo se ven superadas por la gran ilusión y empeño que he puesto en ello.



domingo, 23 de febrero de 2014

La Conquista de lo inútil



A menudo me digo a mí mismo que esto de escribir nuestra historia familiar, nuestra Genealogía es en cierta forma una especie de "conquista de lo inútil", expresión que todos los que hemos practicado montañismo conocemos muy bien; y que encierra una bella paradoja ya que realmente lo que se consigue, al llegar a la cima, no tiene ninguna utilidad práctica, pero produce una sensación de bienestar indescriptible por ser el premio a tu superación personal. Algunos, los más necios e insensibles, se preguntarán:

¿Qué sentido tiene? ¿Sirve para algo?

Algo muy parecido pasa con las investigaciones históricas y por supuesto con las genealógicas. Pasamos muchos sacrificios en nuestras investigaciones para conseguir desvelaros nuestro pasado, pero la recompensa final es magnífica, es como contemplar el paisaje desde la cima.
El sacrificio siempre tiene su recompensa, a pesar de que algunos no valoren nuestros logros, que no son otros que la divulgación de nuestros estudios.

Hace unos días leí en Internet, en una página genealógica canaria, un cartel, una especie de decálogo genealógico que llamó mi atención y responde a una de esas preguntas que más de uno, a lo largo de estos años, me ha hecho.
Permitidme que lo transcriba porque creo que es muy acertado en todos sus puntos. Decía así:

¿Para qué sirve mi Historia Familiar?
Para:


COMPRENDER la actitud de mis ancestros.
RESPETAR el destino de todos los familiares.
RENDIRME a lo que de ellos hay hoy en mi.
ACEPTAR a cada uno como es.
AMAR conscientemente a cada miembro como parte de mi.
DESCUBRIR el amor que prevalece y permanece en el tiempo.
AGRADECER el precio que pagaron para que mi destino fuera diferente.
HONRAR toda su vida porque de allí vengo yo.
TRANSFORMAR el resentimiento en aceptación y Amor.
PASAR POR LA VIDA de tal forma que su esfuerzo haya merecido la pena.

¿Cómo se os ha quedado el cuerpo familia? Ya veis que realmente conocer nuestra historia familiar sirve para muchas cosas. Lo aparentemente "inútil" no lo es. Por esa misma razón seguiré disfrutando de mi condición de "cronista de la familia", ofreciéndoos "retazos" de nuestras andanzas por este mundo en esta pequeña colección de artículos que regularmente voy publicando.

De todas formas han de saber "vuesas mercedes" que no es el presente Blog el único motivo de mis desvelos genealógicos: En los blogs de Google tenéis desde hace años y en continuo proceso de actualización, otra publicación genealógica más seria referida a nuestros ancestros. Os la recomiendo. Dicho Blog se llama "Página Genealógica de la Familia Carbonell". Desde aquí mismo podéis acceder a la susodicha página si pincháis encima de mi foto.

También habéis de saber que con estos materiales y otros muchos que he ido recopilando estoy escribiendo desde hace un tiempo un libro, Historia de la familia Carbonell García que espero sea del agrado de todos ustedes. De esta obra os adelantaré el Prefacio en la próxima entrada que publique a lo largo de esta semana. ¡¡Qué ustedes lo disfruten!!






sábado, 15 de febrero de 2014

"Las cosas de Internet"

¡Que si! ¡ Que sí ! ¡Que es cierto! Estáis contemplando un cartel original de la Compañía teatral de nuestros bisabuelos Luis, "Luis Coronel" y Josefa Martínez, la Pepa.¡¡Viva la Pepa!!

Seguro que ya habréis adivinado de donde lo he sacado, dónde estaba...¡Claro en Internet! La alegría que me llevé el día que lo encontré no os la podéis imaginar.
Se trata de una función que dieron en Ribadeo provincia de Lugo, en Galicia allá por los años 20 del pasado siglo, "nuestro siglo· porque, aunque no queramos, muchos de la familia somos, y lo somos por nacimiento y de corazón "del siglo pasado".

Ya veis la famosa compañía de Teatro Lírico de Don Luís Coronel existió ¡¡ya lo creo que existió!! Desde niños hemos oído historias de nuestra familia materna referidas al teatro, a los "cómicos de la legua", término muy familiar para nosotros, pues procedemos del teatro, pero tremendamente desconocido para la mayoría del público.

La ignorancia del verdadero sentido de la palabra "cómicos"( o sea actores) entre el común, siempre ha hecho considerarlos una especie de" titiriteros" "saltinbanquis". Algunos los consideraban vagamundos, malentretenidos y caraduras; porque no olvidemos que la sociedad española es muy proclive a demonizar al diferente, y por ende al que tiene un oficio itinerante, desarrolla una actividad artística en horarios distintos al resto de los mortales y vive sin un domicilio fijo reconocido.
En España  muy tempranamente  a los "cómicos" se les asoció con la llamada "gente de mal vivir" o de moral reprobable. Y esta falsa creencia dura hasta nuestros días señoras y señores, os lo dice un músico que tiene que soportar todavía hoy el mal concepto que se tiene de la profesión. Todavía hoy desgraciadamente en el subconsciente colectivo español se identifica por ejemplo a los músicos con la golfería y el modo de vida bohemio en el sentido más despectivo. ¡Nada más lejos de la realidad!
Como veis "sigue sin  haber nada nuevo bajo el sol". Me duele decirlo pero España siempre ha sido un país de ignorantes, paletos y envidiosos y por suerte o por desgracia nos ha tocado vivir aquí. Imaginaos en aquella época de principios del XX.

Pues no, la Compañía Cómico Lírica de Don Luis Coronel, director escénico y artístico de la misma, no era nada baladí, es cierto que no fue una gran compañía, pero si fue muy conocida en nuestro país porque trabajaron mucho durante las dos primeras décadas del siglo XX.
Hacían teatro clásico, aunque en su vertiente más popular como por ejemplo el Don Juan de Zorrilla y obras muy conocidas de Lope de Vega y otros autores del siglo de Oro; pero sobre todo Zarzuelas como la que sale en el cartel de la foto, Las Hijas del Zebedeo y otras muchas, las más populares y castizas.
Y esto era así porque eran cantantes líricos, léase tenores ellos y sopranos ellas.
Los bisabuelos tuvieron una formación clásica, se conocieron en el Conservatorio de Madrid de jovencitos y juntando el poco dinero que tenían, fundaron la Compañía de Luis Coronel  y se lanzaron a la aventura de llevar el teatro por toda España.

En el teatro del abuelo Luis trabajaba toda la familia junto a otros actores de reparto que formaban parte de la compañía también; unos con papeles principales y otros, los pequeños (los niños), incluido el abuelo Arturo, con papeles secundarios y de relleno. Por cierto todos nacieron fuera de Madrid, y en diferentes lugares de la geografía española porque la abuela Pepa cuando salía de cuentas y tocaba se ponía de parto allá donde estuvieran de función y lógicamente allí alumbraba a sus hijos. Tal es el caso de nuestro abuelo Arturo que nació en Ceclavín (Cáceres) porque la compañía se encontraba por aquellas tierras de turné. Ni que decir tiene que entre las actrices no existió nunca eso de la "baja maternal" y es posible que más de un hijo de la abuela Pepa naciera prácticamente en las tablas del escenario.

Es relativamente fácil imaginarse la vida que llevaban estos cómicos. ¿Habéis visto la película dirigida por el gran Fernando Fernán Gómez "Viaje a ninguna parte"? Os la recomiendo. Salvo alguna diferencia coyuntural y particular de nuestra compañía teatral, viendo la película os podréis hacer una idea de como era la vida del cómico en aquel triste periodo decadente del teatro español. Me quedo con una frase antológica del gran Fernán Gómez: "Allá donde muere un cómico muere el teatro". 
La verdad, no debió de ser nada fácil trabajar y vivir en aquellos años, pero los que llevamos en la sangre el espectáculo sabemos muy bien lo que es el "AMOR AL ARTE" y que pase lo que pase el espectáculo siempre debe continuar. ¡Qué os voy a contar yo!

Bueno ciñéndonos al cartel "de marras" tenemos que fue aquella la penúltima función de la temporada, una Gran Función como leéis, celebrada un sábado, día 21 de noviembre de algún año de la década de los "Años Locos", que aquí en España fueron tan cuerdos y tan aburridos como siempre porque en este país no hubo nunca dinero para nada.
Se representó la zarzuela de los Maestros Estremera y Chapí titulada: "Las Hijas del Zebedeo" en dos actos ¡todo un clásico! El reparto no se lee en esta foto pero si en otra que tengo más grande, aunque los que sois de la familia podéis imaginároslo porque ahí salen varias sopranos de la familia como la abuela Pepa, y varios tenores de nuestra familia como el bisabuelo Luis y el tío-abuelo Manolo, su hermano Pepe que también tenía algún papel; y alguna de las chicas de nuestra familia García Martínez  y/o allegadas. No os puedo contar los papeles que hacían porque no se lee por la calidad de la foto.

Más de 90 años han pasado desde que dieron aquella función allí en Ribadeo ¿Os dais cuenta? Debió de ser muy importante, un éxito total porque  hoy en el 2014 seguimos hablando de ella. Por alguna razón encontré este cartel y no creo en las casualidades, no existen hacedme caso.  Estoy convencido de que los mayores nunca se van del todo y siguen de alguna manera queriendo estar con nosotros y a veces los consiguen. Este es un caso de libro. La verdadera muerte no es la muerte física sino el olvido, así que podéis jurar que estos abuelitos nuestros todavía siguen vivos ya que después de tantos y tantos años todavía están de alguna manera en nuestros pensamientos y seguimos hablando de ellos.
Ni que decir tiene que parte de ellos vive en nosotros ya que les debemos nuestros genes. De ellos heredamos genética y genialidad artística a partes iguales, si no como os explicáis nuestra natural facilidad para las artes escénicas y para la Música. Todo eso nos viene directamente de nuestra rama materna, de los García Martínez. Ellos dejaron aquí su semilla y germinó. ¡ya lo creo que germino y de qué manera! No tenéis más que miraros a vosotros mismos.

Cuando el  teatro del abuelo Luis bajó el telón para siempre todo aquel gran reparto de actores y actrices de la compañía  tuvo que dedicarse a otros oficios nada artísticos para vivir.  Aquello tuvo que ser muy duro para ellos y sin duda marcó el final de una etapa de nuestra historia. Pero el teatro no murió en nuestra familia, por el contrario se mantuvo latente con cada generación a través de los niños y eso fue gracias a la abuela Pepa, pero eso ya es otra historia.

Por cierto me haría mucha ilusión tener el cartel; solo vale 15 miserables euros, pero no puedo permitírmelo porque ya sabéis que soy "pobre de solemnidad" y por no tener no tengo ni tarjeta de crédito ¡ja ja ja!
Familia, se acerca mi cumple y sería un buenísimo regalo...ya sabéis que niño que no llora no mama.
¿Porque no hacéis una colecta en casa y me lo regaláis?  Si la propuesta triunfa hacérmelo saber y os digo la página donde comprarlo; solo hay uno, éste y se vende naturalmente en Internet.




De mi pasión por la Genealógía

Mi querida abuela Espe, mi madrina. ¡Cuanto te echo de menos!

La verdad, esta pasión la descubrí hace relativamente pocos años, cerca de diez para ser concretos. No obstante, antes de llevar a cabo una realización práctica y sistemática propiamente genealógica, existió una primera labor de investigación o mejor dicho, de indagación por mi parte entre la familia y sobre todo un “enfermizo” interés por la Historia que me viene de lejos.

Como ya sabéis soy Licenciado e investigador histórico y como podéis imaginar siempre he sido un entusiasta y apasionado  lector de todo aquello que rezume HISTORIA.  Lo reconozco, de niño y de mayor también he sido un “tragalibros”. De niño jugaba a ser hombre prehistórico, visigodo, huno, romano, hombre medieval, caballero, bandolero, vaquero o indio y hasta al fútbol (según el día y muchas veces a mi pesar) porque si no lo hacía me veía jugando solo, como casi siempre, inmerso en mi mundo histórico imaginario, un mundo delirante que me encantaba pero que mis amiguitos no entendían por desconocimiento ya que ellos no leían.
Siempre, desde pequeño, he vivido preguntándome por el pasado, planteando preguntas e intentando conseguir respuestas. Mi curiosidad histórica creo que es congénita o connatural en mí; verdaderamente la siento como una pulsión interna. 

¿Cómo no iba a estudiar HISTORIA? Fue lo mejor que pude hacer por mil razones que no voy a detallar por no enrollarme, pero es un placer que os recomiendo a todos y todas. 

A lo largo de mi infancia, a parte de mis lecturas y juegos me fascinaban las historias que narraba mi abuela materna (Esperanza de Castro Barcia) de mis abuelos y bisabuelos ya difuntos, y de la terrorífica Guerra Civil con las  trincheras de los dos bandos enfrentados cara a cara en las  dos aceras de la calle del Congreso, compartiendo tabaco en los intermedios que hacían, los bombardeos, los paseíllos y fusilamientos en las tapias del cementerio de la Almudena, los muertos flotando en el Manzanares en el puente de Segovia, los refugios anti-bombardeo, el metro, el obús que cayó encima de la casa de mi abuela y les dejó viviendo en la calle, el hambre y las calamidades, las mondas de patata que las hacían  fritas para comer y otros apaños como “el gato por liebre” que le dieron a comer a mi pobre abuela Esperanza y que se moría de asco cuando nos lo contaba… Sus idas y venidas a escondidas de mi abuelo Arturo para poner inyecciones, despiojar y cuidar a  la gente pobre y miserable de la postguerra que vivía en las cuevas de Quintana en aquel Madrid ya tan lejano; y mil historias de cuando era pequeña y vivía en Galicia con sus hermanas y su padre, que quedó viudo al nacer ella porque mi bisabuela murió de parto; de la emigración a Argentina y Uruguay.

Recuerdo también las historias que me contaba sobre la compañía de teatro de mi bisabuelo Luis García Coronel (Luis Coronel) en el que trabajaba mi bisabuela Pepa Martínez Martín, hija de una alicantino de Crevillent, de cómo se conocieron en el Conservatorio de Madrid, las funciones que daban recorriendo España por Provincias; y como siendo pequeña mi madre y sus hermanos hacían teatro en el barrio dirigidos como no por la abuela Pepa ¡¡Viva la Pepa!! – ¡Gracias, hijo muchas gracias!- Respondía ella siempre que oía tal expresión popular.

Eran tantas historias las que conocí desde niño que no pude desaprovecharlas después, a la hora de armar el "puzle" de la familia. Cuando terminé la carrera y tras un largo periodo de maduración, me planteé hacer la historia de mi familia. No podía ser de otra manera pues conocía muy bien las herramientas que iba a utilizar para ello y ya estaba familiarizado con las fuentes de investigación histórica. Entonces  empecé a hacer memoria y a reorganizar todos mis recuerdos e informaciones orales que iba obteniendo “dando la coña” a los mayores –a la pobre de mi abuela Isabelita (Ita) la traje frita durante un tiempo.

Las dos grandes  informantes de todo lo relativo a mis Carbonell decimonónicos, los Collar y los Diviñó  fueron mi abuela, Isabel Collar Vázquez (abuela paterna) y mi tía abuela Magdalena Carbonell Diviñó. 
Años antes de enfermar y morir en el 2006 mi querida abuela me contó mil cosas que yo desconocía de mi familia paterna ¡Cuánto la echo de menos!  Gracias a ellas pude empezar a tirar del hilo, y aún hoy seguimos deshaciendo la madeja ¡y lo que nos queda!


Después descubrí Internet, el dichoso Google y los grupos de Genealogía gracias a los cuales he podido llegar hasta donde jamás habría imaginado. La desinteresada ayuda que he recibido de mis compañeros y verdaderos amigos, algunos familiares lejanos, ha sido  totalmente crucial para trazar mi genealogía, que en algunas ramas llega hasta el XV. 

No puedo terminar esta pequeña disertación sin agradeceros una vez más vuestra generosa ayuda y sincera amistad. Os doy mil gracias Mamen, Josep Vicent, Francesc, Pep, Santi, y Jaime entre otros tantos.
No os entretengo más, de momento, no cantéis victoria.

Un fuerte abrazo para todos y todas.